Saludos:
En esta crónica voy a utilizar texto y fotos de varios amigos para tratar de trasmitir lo que se respira en COLOMBRES....
Hay un pequeño pueblo, situado en la parte más oriental de Asturias,
cuyo nombre nunca entendió de fronteras y que con el paso de los años, se ha convertido
en un obligado punto de encuentro, para todos aquellos moteros que se niegan a
dejar olvidadas en un rincón, aquellas motocicletas que ya forman parte de sus
vidas y también de nuestra historia.
Y que todos los años, cuando ven que se acercan las fechas
del Pilar, miran sus motos de una manera especial, porque saben que llegó el
momento, de enfundarse en ese agrietado mono de cuero, que desata la caja de
los truenos y que aporta las fuerzas que hacen falta, para arrancar esa máquina,
que ahí sigue detenida en el tiempo.
Y mientras van despertando del prolongado letargo, recorren los
mismos caminos, que antaño trotaron la noble Babieca, el famélico de Rocinante,
o el penco de aquel arriero, que sin prisa llegaba a todas las partes. O si
hace falta, se cruzan un país, o un continente entero, para llegar a lo más
alto de una prominente colina, en la que hunde sus raíces en la cima, ese
carismático lugar, al que ya se le conoce, en los círculos moteros de toda
Europa, como “la Catedral de la milla” y que se llama Colombres.
Algo parecido a esto, es lo que les debió de pasar a los
cientos de moteros que llegaron a la capital ribadedense, procedentes de las
zonas más variopintas de España y de los lugares más recónditos de Europa, Estados
Unidos e incluso de Australia, para participar en el IV Rally internacional de
motos clásicas, que organizaba el Moto club Indianos.
Una edición que según los medios constatados, batió todos los
records de asistencia conocidos, en su ya dilatada historia, llegando a reunir,
en una calurosa jornada de sábado, a más de seis mil aficionados, que colapsaron
la totalidad de la capital indiana de Ribadedeva y muchas de sus zonas
limítrofes.
Un día grande que entrará en los anales de esta concentración
y que quedará grabado en cada una de las de instantáneas que inmortalizaron
para la posteridad, los incontables aficionados que se acercaron a presenciar,
una excepcional subida de velocidad, que con el paso de los años, va
adquiriendo el peso y el prestigio de las grandes citas.
Un
gran día festivo, que también nos concedió la oportunidad de contemplar, las
insólitas joyas con ruedas que abarrotaban la plaza de la localidad y que un
año más, la convirtieron en un inhabitual museo al aire libre.
Y el año que viene ¿te lo piensas perder?
Preciosas fotos en general y muy guapo el reportaje, ya costaría escoger entre tantas. Espero estar en la próxima edición. Gran esfuerzo de toda la organización para llevar a cabo el evento, felicidades por el éxito.
ResponderEliminarGracias Enrique:
EliminarSe que este año lo disfrutaste y espero que el año que viene no faltes a la cita.. gracias por todas esas fotos que has compartido en el grupo del Moto Club y por pasar por Colombres a acompañarnos. Pero el año que viene espero que puedas asistir los dos días y disfrutemos de la comida en la plaza juntos ;)
Abrazotes.
Hermoso texto y mejores imágenes ,nos gustó y nos seguirá gustando con esta organización y todos esos participantes .
ResponderEliminarSaludotes.
Gracias César:
EliminarEspero que podáis seguir colaborando con el evento y por supuesto disfrutándolo.. Y que no falten los momentos compartidos ;)
Abrazotes.
Un saludo desde Algeciras. Últimamente no comento mucho pero se te sigue.
ResponderEliminarPrecioso reportaje que no hace sino que aumenten mis ganas de ir un día. Lo mismo para entonces la mía es ya clásica
Gracias Pedro:
EliminarSeguro que lo disfrutarías... quién sabe.. algún día ;)
Abrazotes.